Tal vez la labor de una biblioteca popular sea muy simple desde aquellos ojos que ven entrar y salir niños llenos de sonrisas, jugando con libros o mochilas al hombro... A veces el ezfuerzo parece pequeño y que la misión es apenas un granito de arena... cuando lo que uno hace lo hace con amor, con alegría y con entrega.
Emilce es una niña del barrio de once años, que tiene varios hermanitos, una mamá que trabaja... en fin, la situación se dibuja clara ante nuestros ojos con estos poco elementos.
Siempre sola para poder hacer lo que puede...se convirtió desde el primer día nuestra usuaria más fiel, trajo a sus compañeritos del cole a que conocieran la biblio y trabajaran con ella, siempre contenta y con una sonrisa encantadora en su rostro. Más aun fue el día que trajo el boletín de calificaciones del trimestre... había subido todas sus notas gracias a su esfuerzo de acercarse a la biblioteca, que no solo le dio información sino un enorme cariño como a cada uno de los niños que llegan cada día... La cosecha se vio pronto. Nos animó a decir: vamos por buen camino. Con que poquito nosotros los bibliotecarios podemos hacer un cambio... si somos concientes de la herramienta que tenemos en nuestras manos y los sentimientos de nustro corazón. GRACIAS EMILCE POR ALEGRARNOS NUESTRA LABOR. Cariños Sonia
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